Destilando sentimientos

Y cuando la última hoja caiga del árbol ese día entenderás que de alguna forma todos en su momento pasamos por malos ratos, el otoño es hermoso con sus innumerables cambios de color a mitad de la época, al  pasar los días las hojas caídas van adornando las calles llamando a nuestro niño interior  de vez en cuando a saltar sobre ellas para llenar el espíritu con el ruido que hacen al pisarlas, pero si levantas la mirada también sabrás que en lo alto se está quedando un cuerpo sin su abrigo, que por un tiempo sentirá frío. El crudo invierno le enseñará a fortalecerse por dentro, hará que nazca desde lo más profundo una nueva forma de mirar al cielo cuando el suave calor de la primavera acaricie sus ramas dando toques de vida para florecer de nuevo.

Dios quiso que no viviera esta vida sol@, quiso que tuviera a alguien a mi lado desde que abri los ojos. Ya sea porque estuviera o aún no hubiese llegado. Pensó y dijo l@ haré más fuerte, l@ haré protector(a), haré que su paciencia llegue al limite pero le daré sabiduría para que entienda que el lazo que l@ une a quien le envié por compañía es más fuerte e importante. Con el pasar de los años esa compañía crea su propia personalidad y actitud, siempre sentiremos que en casa ocupa un lugar más especial que el nuestro, empieza a actuar como no queremos, como nuestra conciencia no acepta, su comportamiento en ocaciones no es la correcta a nuestros ojos, vamos llenando un baúl con más defectos que virtudes y por error humano dejamos que el resentimiento lo cubra. Al corazón se le hace una grieta infinita porque sencillamente no hablamos de cualquier persona. Hablamos de quien nos acompañó durante toda una vida, compañer@ de llantos, travesuras, conflictos, complicidades, hablamos de q...